Fecha: 09/10/06
9 de octubre, Día Mundial de la Salud Mental
INTEGRACIÓN EN LA COMUNIDAD, LA MEJOR TERAPIA PARA LOS ENFERMOS DE SALUD MENTAL
El siglo XX ha supuesto un cambio en la forma de entender el tratamiento a los enfermos de salud mental. Se ha pasado del aislamiento de estos pacientes en hospitales psiquiátricos a su tratamiento dentro de la comunidad a través de pisos de acogida, mini-residencias u otros dispositivos útiles como las unidades de media estancia. Castilla-La Mancha se ha convertido, en los últimos años, en un referente en esta materia.
Parte del equipo de profesionales que trabajan en la UME de Albacete.
En los países desarrollados, las personas con discapacidad mental, a pesar de que hoy en día se cuenta con más apoyos y programas de rehabilitación que fomentan la integración en la comunidad, luchan a diario por salir adelante en medio del rechazo al que se enfrentan.
La asistencia a los enfermos de Salud Mental ha sido una prioridad para Castilla-La Mancha, convirtiéndose, en los últimos años, en un referente de organización para otras comunidades. En este sentido han jugado un papel primordial los Planes Regionales de Salud Mental que han supuesto la consolidación de una red integral de atención a la salud mental; promoción de la salud mental de los ciudadanos y potenciación de la prevención.
En nuestra región se han mejorado los procesos de atención a estos enfermos y a sus familias; se ha fomentado la cultura de la calidad en los servicios de salud mental, se ha diseñado e implantado el sistema de información de salud mental, se ha potenciado la integración social de las personas aquejadas de enfermedad mental y se ha impulsado y fomentado la investigación en esta área.
Reforma psiquiátrica
Dentro de cinco días se cumplirán cuatro meses del cierre de la Unidad Residencial Rehabilitadora de Las Tiesas (URRA), el hospital psiquiátrico de Albacete. Su cierre viene a completar la reforma psiquiátrica que, desde finales de la II Guerra Mundial se estaba produciendo en Estados Unidos y en algunos países europeos, y que no llegaría a España hasta la década de los 80, coincidiendo con el desarrollo de las autonomías.
Históricamente en nuestra provincia, la asistencia al enfermo mental, durante el siglo pasado, corría a cargo de la Beneficencia. Durante décadas, la Diputación fue la institución encargada de la atención a pacientes con trastornos mentales. A principios del siglo XX había un hospital psiquiátrico cerca de la estación del tren que se cierra en la década de los 70 y se abre la antigua URRA.
Éste era un centro moderno en su tiempo, un edificio con pasillos amplios, pero que se construye con poca visión de su futuro. Se sitúa a unos 20 kilómetros de la ciudad en un momento en el que la atención a la salud mental sigue otras líneas gracias a lo que se llamó la desinstitucionalización o reforma psiquiátrica.
Este proyecto nace en Estados Unidos, Canadá y se extiende a los países europeos más desarrollados. La reforma pretende que se desplace la atención del enfermo mental del manicomio u hospital psiquiátrico a la comunidad. Se intenta que el paciente no ingrese en los centros. Son los psiquiatras los que trabajan por áreas para atender a los enfermos con trastornos mentales. En estas zonas o áreas sanitarias se realiza un trabajo en equipo gracias a psiquiatras, psicólogos, terapeutas ocupacionales y trabajadores sociales.
En Albacete, el paso que marcó el inicio de la reforma psiquiátrica fue el desplazamiento, en la década de los 80, de las consultas externas de la URRA al Centro de Atención a la Salud ubicado junto al Hospital General Universitario de Albacete. En otro momento se bajó la Unidad de Hospitalización Breve, un recurso para pacientes más agudos, al Hospital Universitario Ntra. Sra. del Perpetuo Socorro. En este momento se crean las Unidades de Salud Mental y en el hospital psiquiátrico sólo quedan los pacientes más conflictivos.
Integración en la comunidad
En el año 1996 quedaba en la URRA un centenar de pacientes. Desde ese momento, la administración central y después el Gobierno Regional, a través del Servicio de Salud de Castilla-La Mancha (SESCAM), han hecho un gran esfuerzo para ir reubicando a estos pacientes en otros dispositivos. Se parte de la idea de que el manicomio es un recurso anacrónico y la filosofía de la psiquiatría comunitaria defiende mantener al paciente en la sociedad, en su comunidad, recibiendo sus tratamientos.
Como el paciente grave es difícil de mantener en su casa y dado que se va a cerrar el hospital psiquiátrico, se decide crear una red de recursos de diferente tipo para que según el momento evolutivo en el que se encuentra el paciente pueda acogerse a un servicio u otro y mantener su equilibrio en la comunidad.
En esta línea, en la década de los 90, fueron las asociaciones de familiares las que crearon algunos centros de rehabilitación, que son recursos ambulatorios. Primero gestionados por ellos mismos y que, después, en Castilla-La Mancha, los ha asumido FISLEM, fundación sanitaria regional que gestiona los recursos sociosanitarios dirigidos al paciente mental. Se potencia la creación de pisos, de centros de rehabilitación, se ocupan de que los pacientes puedan integrarse en trabajos normalizados, etc.
Además, desde el punto de vista sanitario hay unos dispositivos que han demostrado ser eficaces en el tratamiento del paciente mental como son las unidades de media estancia. En Albacete, el cierre de la URRA ha coincidido con la puesta en funcionamiento de la Unidad de Media Estancia en la que se ha acogido a los últimos 28 pacientes que permanecían en el hospital psiquiátrico. Estas unidades cumplen el objetivo de reconducir al paciente con un trastorno grave de salud mental para introducirlo, lo antes posible, en la comunidad. Tras su paso por estas unidades los pacientes vuelven, si es posible, a sus domicilios o a otros recursos como pisos de acogida o mini-residencias, donde siguen con sus tratamientos a través de las consultas externas y otros dispositivos como hospitales de día.
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