CIRUGÍA DE LAS GLÁNDULAS SALIVARES
La cirugía de las Glándulas Salivares, va dirigida a tratar tumores benignos y malignos, cálculos de las glándulas, procesos infecciosos y traumatismos de las mismas.
Las Glándulas salivares se dividen en Mayores (parótida, submaxilar y sublingual), y Menores distribuidas en toda la cavidad oral. La cirugía de la Glándula Parótida, está íntimamente condicionada por la complejidad anatómica debida a su relación con el nervio facial. La Glándula Submaxilar, se encuentra en el compartimiento cervical submandibular, y está relacionada entre otras estructuras con la rama marginal del nervio facial y con el nervio lingual e hipogloso. La Glándula Sublingual, está localizada en el suelo de la boca, y relacionada además de otros elementos con el nervio lingual y el conducto excretor de la Glándula Submaxilar.
Dependiendo de la glándula afectada, se pueden presentar una serie de complicaciones y secuelas postoperatorias, algunas de ellas habituales y/o inevitables, que incluyen entre otras:
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Hematoma y edema postoperatorio.
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Hemorragia postoperatoria.
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Cicatrices externas en ocasiones inestéticas.
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Hundimiento de mayor o menor grado de la zona operatoria.
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Hipoestesia o anestesia de la zona operatoria.
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Infecciones postoperatorias.
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Paresia de alguna o todas las ramas del nervio facial.
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Parálisis parcial o total del nervio facial.
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Hipoestesia o anestesia del nervio lingual.
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Paresia o parálisis del nervio hipogloso.
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Fístulas salivales.
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Sudoración de la cara al comer.
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Disminución en la capacidad de salivación.
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Rotura de instrumentos.
Si surgiese cualquier situación inesperada durante la intervención el cirujano puede realizar cualquier procedimiento o maniobra distinta de las indicadas en este documento, que a su juicio estimase oportuna para el tratamiento.